(Nota: en el momento de escribir esto, llevo varios días sin ver online a la persona que estuvo conmigo cuando todo esto pasó, y no le voy a llamar a las 6 de la mañana, así que algunos detalles pueden ser algo incorrectos. Quizá lo edite más tarde.)
Tras la fiesta de Pokerisivut y conocer a mis primeros amigos de poker, tomé la decisión espontánea de irme a Las Vegas. Creo que no lo había planeado antes de la fiesta, de pronto algunos de los chicos que conocí dijeron que iban y que Las Vegas era lo mejor. Cuando lo publiqué en mi blog, mucha gente empezó a decirme que estarían en Las Vegas a la vez y que podríamos quedar, me enseñarían el lugar y cosas así.
Como ya he mencionado en otro capítulo, yo era bastante arrogante por aquel entonces. Después de toda la atención recibida y las palmaditas en la espalda, quería seguir así. Quería crear una especie de efecto bola de nieve que se hiciera más y más grande cada vez. De nuevo, no estoy seguro de si me daba cuenta de esto de forma consciente, pero tengo muy claro que era así cuando echo la vista atrás.
En ese momento empecé a tener mis primeros haters reales. Al principio no tenía ningún hater, después de todo yo era un chico con un problema de adicción al juego que no tenía un gran concepto de sí mismo y contaba historias divertidas. Pero cuando empecé a ganar, también empecé a actuar como si el mundo me perteneciese y el tono de mis entradas del blog comenzó a cambiar poco a poco. Estaba seguro de que el 95 por ciento de mis lectores seguían siendo unos fans devotos, y el resto eran no creyentes crónicos que dudaban de cada palabra que escribía. Pero había algunos chicos (y ahora que lo pienso tenían mucha razón), que constantemente me decían que había ganado mucho en muy poco tiempo, que era realmente malo jugando y cosas así. Quizá alguno de ellos simplemente intentaba protegerme; la verdad es que me hubiera venido muy bien que alguien me dijera que parase un poco y grindease los low stakes. De cualquier forma, cada vez que recibía un comentario negativo, me sentaba fatal. Y cuando alguien dudaba de mi juego, me enfadaba muchísimo y quería demostrarle lo equivocado que estaba.
Así que tras un par de comentarios diciendo que mis $20K no eran para tanto y que yo no era un jugador tan bueno, decidí anunciar que jugaría el Main Event. Por aquel entonces, muy pocos finlandeses lo habían jugado. Creo que el año anterior solo lo jugaron 4 o 5 finlandeses. Estaba claro que esto era algo grande.
Como nota graciosa os diré que no había oído hablar nunca de vender acciones. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Para mí, estaba claro desde el principio que no pediría bancaje. A pesar de tener poca experiencia en MTTs e incluso menos en MTTs live, creí que sería fácil crushear un donkament de $10K. No me pareció tan descabellado apostarme la mitad de mi bankroll para hacerlo. Después de todo, tenía una estructura deep y yo había leído que los mejores jugadores podían jugar aún mejor cuando era deep y yo me consideraba uno de esos jugadores.
Uno de los días antes de irme a Las Vegas, decidí jugar un flip de ruleta online de $1K. Estaba un poco enganchado a los casinos online y se habían comido una porción de mis ganancias, pero solo unos miles. De momento. Por supuesto, acabé perdiendo todo mi bankroll de $5K porque no pude parar tras un flip. El resto ya lo había sacado para el viaje a Las Vegas. Recuerdo intentar cancelar mi retirada de $15K para seguir jugando a la ruleta. No me permitieron hacerlo y menos mal.
Llegué a Las Vegas en una noche preciosa. Tenía $15K en el bolsillo y una habitación en el Sahara durante dos semanas. Siempre me había alojado en hoteles baratos en mis viajes y había conseguido una habitación en el Sahara por $20 la noche, me pareció un chollo para un hotel decente de 3 estrellas.
Recuerdo la sensación del primer paso que di fuera del Aeropuerto McCarran, tras sorprenderme de que tuvieran máquinas tragamonedas incluso dentro del aeropuerto. Hacía mucho calor. Era como estar en una sauna, pero con aire seco. Hacía unos 40 grados fuera a las 10 de la mañana. Nunca había estado en un sitio con una temperatura así. Había ido a algunos bosques tropicales donde hacía el mismo calor, pero mucha humedad. Comparado con esto, el aire del desierto era como una brisa agradable.
Josh Homme de Queens Of The Stone Age tiene gran afición por los desiertos. Su estudio de grabación está en medio de un desierto. Cuando Arctic Monkeys grabó su disco “Humbug”, les obligó a mudarse al desierto con él. Yo siento lo mismo que Homme sobre los desiertos. Me encanta que todo sea seco y silencioso, especialmente el aire. Es tan diferente del aire de Finlandia. Aquí hace mucho frío la mayor parte del año y cada vez que sales de casa el aire parece clavarte infinitas agujas pequeñas. Durante nuestro corto verano no hace frío, pero… no sé, es demasiado… fresco. Siempre hay viento, del tipo de aire que parece ir a algún sitio, como si tuviera prisa. Para mí es muy difícil disfrutar del silencio en Finlandia, porque el viento nunca se detiene. Siempre que estoy cerca de un desierto, mi mente se tranquiliza debido al aire.
A pesar de estar disfrutando de ese aire, no me sentía tranquilo para nada en Las Vegas. En Finlandia solo hay un casino y solo tiene ruleta, blackjack y un par de juegos más. Después de un rato te aburres. En Las Vegas, hay de todo. Todo tipo de juegos de ruletas de la fortuna, poker de tres cartas, poker de cuatro cartas, de cinco cartas, guerra del casino, baccará y todo tipo de máquinas tragamonedas. Incluso en el Sahara, un hotel de perfil bajo, el lobby estaba lleno de luces y el sonido de alguien ganando dinero. Billetes en la mesa, monedas volando de las máquinas, alguien ganando un jackpot en algún lugar. Keno, bingo, carreras de caballos.
Fui a la recepción del hotel a por las llaves, dejé las maletas en la habitación y, a pesar de que era media noche y llevaba 24 horas viajando, me fui directo al casino. Quería probar todos los juegos. Jugué a la ruleta, aprendí las reglas del baccará y jugué un rato, perdí al menos $1K en la guerra del casino hasta que decidí que era un juego estúpido y lo dejé. Luego jugué a la ruleta de la fortuna, obtuve el jackpot 47:1 y me quedé break even. Me fui a dormir a las 3 de la mañana todavía con los $15K en el bolsillo.
Desde el principio, me arrepentí de mi promesa de jugar el Main Event. En cuanto llegué a Las vegas me di cuenta. Había demasiadas cosas que quería probar. Había dejado $1K en casa por si busteaba en el viaje y estaba convencido de que podría grindear con ese dinero si algo ocurría. No sentía mucha presión pensando en qué ocurriría si perdía todo el dinero que llevaba. Quería experimentarlo todo, jugar cada juego de cada casino y, por supuesto, quería jugar montones de partidas de cash live. Me preocupaba que con $5K no tuviera bastante para todo. Así que decidí que como quedaba una semana para el Main Event, haría todo lo que me apeteciera con ese dinero y que solo jugaría el ME si me quedaba bastante dinero en ese momento. (No sabía que se celebraban satélites en el Rio, si lo hubiera sabido los habría jugado sin duda.)
Seguí perdiendo dinero en los juegos de casino a un ritmo estable. Creo que jugando cash me quedé break even o incluso gané algo, y después perdía unos $1K al día en todo lo demás, cada día. No me estresaba. Cuando ya llevaba unos días en Las Vegas, quedé para ir a tomar unas copas con uno de los chicos que habían escrito en mi blog. Después nos convertiríamos en buenos amigos, pero no sé si le parece bien que hable de él, así que le llamaré BAP (su nombre de usuario en los foros era Bet-A-Pot).
Quedamos delante de Treasure Island e inmediatamente nos llevamos bien. Fuimos a jugar la partida de stakes más bajos que pudimos encontrar, creo que era de 1/3, y pedimos unas copas. Las copas en Las Vegas son gratis y las camareras son increíblemente rápidas y si das una buena propina puedes pedir varias copas a la vez. Pedimos 5 copas y nos las bebimos de un trago. Le dimos $10 de propina para que trajera más bebidas lo más rápido posible, repetimos el mismo procedimiento varias veces y, como resultado, estábamos bastante borrachos en un par de horas. De pronto la sala se llenó de gente y la camarera no tenía mucho tiempo para servirnos, así que nos fuimos a la tienda de regalos a comprar una botella de vodka. La pusimos sobre la mesa y empezamos a beberla. El jefe de sala nos dijo que no estaba permitido y le sobornamos con $20 para que nos dejase seguir bebiendo directamente de la botella.
“Quiero apostar todas mis fichas… ¡y esta botella de vodka!” Literalmente, eso es lo que dije, pero el dealer no me dejó apostarme la botella.
Ah, casi lo olvido. Se suponía que el día siguiente tenía que jugar el Main Event. Ya sabía que no iba a poder jugarlo. Me quedaban exactamente $10K y no podía usarlo todo para el buy-in. Al mismo tiempo me trolleaban más y más en el blog y me enfadaba muchísimo toda esa gente que dudaba que lo fuera a jugar. “No va a jugar, va a perder su dinero en la ruleta”, decían. Tenían razón, sí, pero odiaba que la gente pensara que había fallado. Así que decidí que contaría que jugué el Main Event pero busteé en el primer nivel por un farol imposible. Eso haría que les pareciese más “cool”. Todo el mundo cree que soy súper cool ya, si ahora cuento esta historia, que estoy en Las Vegas, que salgo de copas la noche antes del torneo y encima busteo con un farol van a pensar que soy muy grande. Posteé que salimos a beber la noche anterior e incluso hice un post totalmente loco diciendo algo así: “El Main Event empieza en 15 horas. Ahora me voy a emborrachar. Soy el mejor.”
Cuando echo la vista atrás y me veo con 20 años, veo a un grandísimo idiota, y eso que solo tengo 24 ahora. Me pregunto, ¿cómo seré cuando tenga 40?
A la 1 de la mañana decidimos ir a un strip club. Solo había ido a un par de clubes de striptease en Europa y quería ver cómo era uno en Las Vegas. No sé por qué pero no fuimos al Rhino o Crazy Horse o Palominos (mi favorito ahora). Terminamos en un sitio llamado Seamless que estaba algo alejado.
Pagamos $30 por entrar, nos sentamos en una mesa de la esquina y pedimos una bandeja llena de mojitos y otras bebidas. En cuanto nos sentamos apareció un chulo. Yo estaba tan borracho que casi no recuerdo cómo era, pero sí recuerdo que me pareció bastante imbécil al principio. Se sentó en nuestra mesa y nos pidió una copa, teníamos más de 30, así que le dimos una. Un par de strippers se unieron y le besaron en las mejillas dejando claro que le conocían.
El tipo nos mostró una bolsa de cocaína y nos preguntó si queríamos. Dijimos que no. Nos contó que conocía a unas prostitutas y que si queríamos una chica. De nuevo le dijimos que no. Hablamos sobre otra cosa, no lo recuerdo, aunque me gustaría recordarlo. Ambos estábamos tan borrachos que ninguno se acuerda. Lo que sí recordamos es lo que ocurrió a continuación:
El tipo sigue bebiéndose nuestras copas, ya sin preguntar. Se va al baño a meterse cocaína y vuelve. En algún momento le decimos que empezara a pagarse sus copas y le pedimos que se fuera. Se enfada, nos dice algo así como “Este sitio es mío estúpidos ****, y puedo hacer lo que quiera”. Era bastante pequeño, como 1,70m y no parecía una gran amenaza física. Yo llevaba seis meses entrenando y estaba en buena forma, además ya me había entrenado en un par de peleas de bar en Helsinki. Estaba borracho y pensé que podría con él, así que le dije que se fuera a la ***. Me miró de una forma que no olvidaré jamás, se levantó la camiseta y nos enseñó una pistola. Este tipo no estaba de broma. Era un camello y llevaba una pistola, estábamos en un club de striptease y yo acababa de mandarle a la ****. Me disculpé, dejamos las copas para que se las bebiera él y nos cambiamos a una mesa al extremo opuesto del club.
Nos olvidamos del incidente, pedimos más copas y pagamos un par de bailes privados. Después, el tipo volvió a nuestra nueva mesa. Parecía que la cocaína le estaba haciendo efecto y estaba bastante agresivo. Quería hacernos sentir mal por haberle dicho que se fuera y estaba claro que buscaba bronca. Tenía una pistola y nosotros no, así que, lógicamente, no estábamos dispuestos a empezar nada. No recuerdo lo que dijimos, pero de alguna forma se marchó y todo parecía estar bien.
Después, tras otro par de copas cuando ya estaba tan borracho que no podía ni caminar bien, fui al baño. Estaba vacío y justo cuando me estaba subiendo la cremallera entró el tipo. No recuerdo qué dijo pero parecía estar amenazándome. No me atacó, pero sí me enseñó de nuevo la pistola y dijo algo así como que nos habíamos metido con la persona incorrecta. Recuerdo pensar que tenía que actuar de forma tranquila, así que volví a disculparme y le dijimos que éramos unos turistas borrachos.
(Que conste: nunca se sacó la pistola y quizá solo estaba haciendo el idiota. 9 meses más tarde descubrí lo que significaba tener una pistola apuntándote.)
Cuando me estaba lavando las manos, no estoy seguro por qué pero empezó a agarrarme por atrás (quizá era un abrazo o algún tipo de movimiento de lucha). Entré en pánico y le di un golpe en la cara con el codo y, como estaba tan borracho, me caí al suelo y salí corriendo. Le dije a mi amigo gritando en finlandés que teníamos que irnos ya, que había pegado al tipo de la pistola. Dejamos las bebidas y salimos huyendo.
Corrimos hasta el aparcamiento, nos paramos a recuperar el aliento y seguimos corriendo. Vimos las luces de un casino. No estaba en la calle principal así que todo estaba bastante oscuro y las únicas luces de neón eran las de ese pequeño casino. Corrimos hasta allí y nos dimos cuenta de que no nos seguía nadie, así que nos quedamos y pedimos unas copas. Durante horas hablamos sobre relaciones y mil cosas más, hasta que dieron las 6 o 7 de la mañana. Por alguna razón decidimos pedir un taxi para ir al Bellagio.
En cuanto llegamos allí, fui al baño. Entré y (sin intención de ser racista) la única persona dentro era un tipo con pinta de jamaicano que parecía totalmente fumado. Yo había probado los porros alguna vez, pero nunca me habían hecho nada y en aquel momento me pareció muy buena idea comprarle a este chico a las siete de la mañana en el Bellagio. No sé por qué, llevaba 10 horas bebiendo y ya se notaba. Así que me acerqué e intenté parecer lo más macarra posible y dije, “¿Hey, hermano, tienes hachís?”. Le debió de parecer de risa viniendo de un pálido y joven escandinavo.
Al final resultó ser un camello y sí tenía hachís. Me dijo que cuánto quería y como no sabía cuánto pesaba le volví a decir en mi estilo macarra: “¿Cuánto tienes, hermano?”
Acabé comprando una bolsa bastante grande pero como sigo sin saber mucho del tema, no tengo ni idea de cuántos gramos eran. Solo recuerdo que llevaba la bolsa en la mano en vez de en el bolsillo. Estaba tan borracho que no me pareció necesario esconderla. El lobby del Bellagio estaba lleno. Justo cuando le estaba enseñando mi compra a BAP (me miró como si estuviera loco, claro, le había dicho que me esperase que iba al baño y vuelvo con una bolsa de hierba), entró el editor jefe de la revista para la que trabajaba con un fotógrafo. Estaban en Las Vegas entrevistando a unos pros. Le grité desde la distancia mostrando mi bolsa de hierba, diciéndole que viniera a fumar con nosotros. Todos en el lobby me miraban. Estaba lleno de gente mayor desayunando. Fue un milagro que ningún guardia de seguridad me dijera nada. El editor se empezó a reír y me dijo que guardase la bolsa.
Nunca lo fumamos ni nada, pero he oído dos historias diferentes sobre lo que pasó con la bolsa. Esto es lo que me habría gustado preguntarle a BAP, pero no puedo, así que voy a incluir ambas historias.
La primera versión es que él se la dio a un amigo que estaba en la ciudad, un skater.
La segunda y mucho más graciosa versión es que la dejó en su habitación como propina para las limpiadoras. Está claro que sería de locos dejarla en una habitación de un hotel, pero la habitación no estaba a su nombre. Había ganado un satélite para un evento paralelo de las WSOP mediante NoIQPoker (por aquel entonces parte de iPoker) y la habitación estaba a nombre del manager de NoIQ, no del suyo. Sé que hablamos de esta opción, pero no estoy seguro de lo que hizo realmente. Si hizo lo último, espero que le pidiese disculpas al manager finlandés por si acaso. Sí, la bolsa era mía y tal…
Al final me quedé dormido en el suelo de la habitación de BAP a las 9 de la mañana y me desperté a las 11 porque se suponía que tenía que ir a jugar el Main Event. Vomité unas 15 veces en su habitación antes de irme y después en lugar de ir al Rio, me fui a mi habitación. Por la tarde posteé en mi blog diciendo que había busteado en un farol de 5-bet con cartas altas contra un full house en un flop de Q55, para asegurarme de que todos fliparan conmigo.
Era tan idiota. Podría haberme tragado el orgullo y haber contado lo que pasó y seguro que aun así, mi blog habría seguido siendo el número uno. No habría pasado nada. Pero no podía hacer eso porque era demasiado orgulloso. No quería que la gente me viera como un fracasado. Durante los siguientes dos años mi orgullo empeoró y mis actos también, hasta que toqué fondo en diciembre de 2009 justo antes de cumplir los 22. Ya os lo contaré.
Después de la noche de copas con BAP me quedaba otra semana en Las Vegas. Seguí perdiendo dinero gambleando, aposté $5K al negro y lógicamente los perdí. También conocí a otro chico finlandés, un jugador de High Stakes de Fixed Limit en Betfair, y salimos juntos. Estoy seguro de que muchos regulares de Betfair (antes de que formase parte de Ongame) se acuerdan de él: jugaba las partidas más altas de FL con el nombre de “El Pato”.
Estaba saliendo con una rubia y yo también. Su novia se llamaba Heidi y la mía también. Vivía a unos metros de mi casa y no nos habíamos visto antes. Habíamos nacido en el mismo año. Nos llevamos bien inmediatamente. Una noche fuimos borrachos al Bellagio a jugar 30/60 FL y jugamos con un bankroll compartido (por lo que recuerdo, no hicimos softplay). Terminé metido en un bote enorme con AA, con las apuestas con cap 5 o 6 jugadores pre-flop. En el flop me llegó un trío en un rainbow, en un board sin escalera y estaba con cap de 4. Todavía tenía las nuts en el turn y también con cap. En el river salió una pareja en el board que me dio las segundas nuts. No recuerdo qué más pasó en el river pero creo que todavía era de 4 o 3 jugadores y yo hice un raise fold quedando en 60:1 o algo así de absurdo. El tío tenía poker y yo creí que había hecho un fold estupendo. Aquellos días hacía call incluso con odds ridículas. Acabé perdiendo muchísimo dinero, pero El Pato ganó mucho más de lo que yo perdí así que acabé bien la noche. Que yo jugara con él fue una gran desventaja para él. También vimos a Daniel Negreanu esa noche y estaba totalmente borracho. Creo que se cayó de la silla y se metió en una discusión acalorada con Huck Seed. Y para responder la pregunta obvia: no, no vi a Phil Laak jugando 10/20.
Otra noche ocurrió algo muy raro en el Mirage. Estaba con BAP y eran las seis de la mañana. Habíamos estado jugando cash toda la noche. Decidí probar suerte con la ruleta. Cada vez que pinchaba, le daba una propina al croupier de $5. Tras unas rondas iba perdiendo y le dije que le daría $50 si conseguía acertar en el medio de mi “mat”.
Un mat es un término de ruleta que vi por primera vez en el blog de Ziigmund, quien lo había aprendido a su vez de Ville Wahlbeck, un conocido degenerado pero también un gran jugador de poker. Significa que eliges un número para apostar en la ruleta y pones tus fichas en el número y los números adyacentes. Por ejemplo si quieres apostar al 5, un mat significa que pondrías la mitad de tus fichas en el 5 y el resto las repartirías entre el 1 y el 9.
Así que le dije al croupier que si acertaba el 17 que estaba en medio de mi mat, le daría una propina de $50. No había nadie más cerca. El número que salió fue el 14 o el 20, pero de cualquier forma entró en el borde de mi mat. Lo que pasó después fue algo que todavía no me puedo creer. El croupier con mucha calma levantó la cosa blanca esa que marca dónde ha caído la bola y la movió al número 17. Después me pagó la cantidad completa como si hubiera acertado el 17. ¡Por $50! En medio del Mirage, donde la mesa estaba rodeada de cámaras. BAP y yo nos miramos el uno al otro con la cara típica de Phil Ivey de “wtf” y nos fuimos. No me detuvieron en la salida y no sé si al croupier le pasó algo.
Jugué algunos torneos en Las Vegas. De hecho, estoy seguro de que jugué menos de cinco, pero conseguí ganar dos. El primero era un torneo con un buy-in de $60 en Stratosphere donde gané $900. El segundo el nocturno diario del Caesar’s Palace de $150 que pinché y gané $3500 tras un deal con otros dos. Si solo hubiera jugado al poker en ese viaje, habría cubierto todos los costes y todavía me habría sobrado dinero. Pero perdí todo eso en máquinas tragamonedas y en la ruleta.
También me podría haber dado cuenta de que debería concentrarme en los MTTs. Recuerdo pensar que los jugadores de esos torneos eran mucho peores que los de cash. Si hubiera descubierto los MTTs por aquel entonces, estoy seguro de que mi vida habría sido muy distinta y de que habría evitado meterme en un montón de líos. Y estoy seguro de que ahora tendría una fortuna de al menos $500K. Por otra parte, a veces tienes que tocar fondo para convertirte en una persona mejor. Es posible que si me hubiera convertido en una súper estrella de los MTTs gracias al juego soft que todavía había en 2008, todavía fuera una mala persona ahora.
Cuando me cansé de Las Vegas me fui a L.A. unos días. No me quedaba mucho dinero, así que alquilé una habitación en un motel de *** cerca del aeropuerto. La razón por la que digo que ese sitio era de m*** es porque me encontré con vello púbico de otra persona en mis sábanas y porque tenía que escuchar a la pareja de al lado haciendo el amor cada noche durante 8 horas. Debe de estar bien tener tanta resistencia. Quizá estaban grabando una película porno.
Mi último día en L.A. me fui en taxi a un outlet y me compré un buen reloj con el resto de mi dinero. No sé por qué, pero de nuevo fue una decisión en caliente. Ni siquiera solía usar reloj.
Cuando aterricé en Helsinki estaba tan arruinado otra vez que ni siquiera podía permitirme un taxi de vuelta a casa. Estaba empezando a convertirse en un hábito, pero al menos esta vez era verano y no me importó ir en autobús con mis pantalones cortos y hawaianas. Me quedaban $1000 y estaba seguro de que convertiría eso en mucho más sin problemas.
Y lo hice.