A finales de 1960 y principios de la década de los 79, Bally Inc. Siguó renovando y perfeccionando nuevos productos. Uno de los mayores éxitos fue la instalación de la “ronda de dólares” en el norte de Nevada.
Lo que la empresa hizo fue ampliar la ranura para dólares y la bandeja para monedas de plata que sonaban felizmente cada vez que alguien ganaba. Debido a las apuestas de dólar, las casas de apuestas podían ofrecer mayores jackpots a sus jugadores. Los bares del norte de Nevada se vieron llenos de brillantes máquinas y jugadores por todas partes. Y así nació la poderosa industria tal y como la conocemos hoy en día.
Las tragamonedas siempre se consideraron suplementarias en el casino; se colocaban principalmente para las mujeres que esperaban a sus maridos que jugaban a la ruleta o el blackjack. Gracias a las tragamonedas de Bally, los propietarios de estas casas de juego por primera vez pensaron en las tragamonedas como una fuente de enriquecimiento, y les dieron el mejor lugar en sus salones que antes ocupaban los juegos de mesa.