Bally Inc., revividos bajo el nombre de Bally Gaming, tras casi quedarse en bancarrota a mediados de 1990, decidió volver a lo más alto de la industria con un fabuloso invento en 1992. Usando el concepto de la lotería en vídeo, Game Maker se convirtió en la primera máquina a gran escala con una variedad de vídeo juegos en uno. Game Maker daba una libertad espectacular a sus jugadores: podían elegir lo que quisieran, vídeo poker o cualquier otro tipo de juego, desde sus sillas.
Hoy en día hay muchas más tragamonedas mucho más sofisticadas, incluyendo las novedades de IGT y las que dan a los jugadores la posibilidad de elegir el valor de las monedas antes de apostar – 5 céntimos, 25 céntimos o en dólares. Sin embargo, todas se basan en la intención de Bally de hacer que las máquinas de juego fueran versátiles.