Las máquinas de juego llevan entre nosotros desde antes de Charles August Fey, un inmigrante alemán de San Francisco, que hizo público su invento y colocó las máquinas en los bares. Su exterior, sin embargo, era bastante diferente.
En 1890 eran populares en los bares de San Francisco, pero parecían muebles y no máquinas. Algunas eran como mostradores robustos con decoraciones y una rueda de ruleta que se activaba mediante una palanca. Otras, pequeñas máquinas de poker con cartas hechas de acero que giraban sobre su eje y formaban una baraja.
El invento de Feym llamado Liberty Bell (campana de la libertad), tenía tres rodillos con las líneas de los símbolos, incluyendo campanas, herraduras, estrellas y barajas. Se movían con un muelle. El jugador insertaba una moneda en la máquina, activaba la palanca que, a su vez, activaba los muelles. Tras el movimiento, los muelles se expandían y giraban los rodillos que eran detenidos por un mecanismo especial. Si los símbolos coincidían, el jugador ganaba el llamado ‘jackpot’ – es decir, el bote con el dinero.
El diseño de esta tragamonedas de 3 rodillos, Liberty Bell, se convirtió en la base para todas las futuras máquinas. Incluso esas máquinas tragamonedas que te roban el dinero a manos llenas, vienen de estos antecesores, así que recuerda su nombre: Liberty Bell.